Capítulo II
ADOLESCENCIA SIN RUMBO
Es de esperarse, etapa de primaria en donde el egoísmo invade a todos los niños, momento en el cual si no eres el más inteligente acompañado de una cara bonita nunca serás aceptado en el club de amigos, eso le pasó durante los 6 años de primaria, pobre, claro que sé lo que sintió, yo estuve con ella todo el tiempo, ¿Quieres saber que pasó no es así?, ella siempre fue tan ingenua, pensaba que todos eran sus amigos, creía que las mentiras no importaban tanto si al final esa persona mentirosa volvía a hablarte como si nada después solo para burlarse de ella, de primer a quinto grado tuvo una "amiga" que la marcó de por vida, no sé en que momento le dejó de caer bien, la puso en contra de su propia maestra, solo quería ser ella el centro de atención, era ella la inteligente, la bonita, la que tenía todo, y Cindy, la niña buena, la gordita que dejó de comer de todo para bajar más de 20 kilos por burlas hacía su físico, solo por ser siempre tan real sin tener que fingir si algo no le parecía, solo por ser ella, claro, no digo que no existieran otras niñas, pero era aferrada a su disque mejor amiga que no le importaba si podía hacer una verdadera amistad con otras personas, como son las cosas, de niños todo lo hacemos tan complicado, creo, bueno, en primaria tuvo momentos de verdad difíciles para una niña.
No todo estaba tan mal, digo, tenia una familia que la adoraba y le compraba todo, en su casa ella era la reina, eso no se podía negar, con un papá consentidor, una mamá que siempre la sacó adelante a pesar de haberla tenido a los 19 años y vivir con muy pocos recursos, con infinidad de problemas con mi papá, unos abuelos que la criaron desde bebé, y una tía que es como su tercera madre, pues todas las navidades, cumpleaños y días no festivos la llenaba de juguetes, ropa, zapatos y demás.
Que niñez tan rara, por un lado, su casa llena de amor hacía ella, pero por el otro, no quería regresar a esa escuela primaria en donde no tenía amigos y tenía que buscar cada recreo con quien jugar, pero vaya alegría, fue momento de que pasara a la secundaria, y entonces, los problemas acabarían.
No todo estaba tan mal, digo, tenia una familia que la adoraba y le compraba todo, en su casa ella era la reina, eso no se podía negar, con un papá consentidor, una mamá que siempre la sacó adelante a pesar de haberla tenido a los 19 años y vivir con muy pocos recursos, con infinidad de problemas con mi papá, unos abuelos que la criaron desde bebé, y una tía que es como su tercera madre, pues todas las navidades, cumpleaños y días no festivos la llenaba de juguetes, ropa, zapatos y demás.
Que niñez tan rara, por un lado, su casa llena de amor hacía ella, pero por el otro, no quería regresar a esa escuela primaria en donde no tenía amigos y tenía que buscar cada recreo con quien jugar, pero vaya alegría, fue momento de que pasara a la secundaria, y entonces, los problemas acabarían.
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